HABLEMOS DE MUERTE
Desprovisto de todo , sin penas ni castigo,
esperando la luz que prometen los cielos,
amortajó en silencio su último desvelo.
El canto de la alondra cerrará su jornada
unas violetas mustias adornarán su velo,
y acompañan su paso a la última morada
un arrullo de ángeles más pálidos que nada.
ARDIENTE
Cabalgando sobre el potro irrefrenable del deseo
se pierde en el abrazo ardiente de su pecho,
ávidos de pasión ambos se buscan,
suspirar, morder, acariciar, no importa el modo,
estalla el mundo alrededor,
la savia germinal lo inunda todo
.luego un leve sopor,
fiera en reposo,
yacen al fin Un cuerpo junto al otro.
Susana de Roca
1 comentario:
Muy bueno lo suyo Susana.Se ve la mano de una muy buena escritora.Te mando un abrazo y pronta recuperación.Eduardo
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