Fetiche
Corrió la puerta de vidrio como lo hacía cada tanto, despacio se quitó los zapatos como para sorprenderlo por detrás. Esquivó algo de ropa que había en el piso y una lámpara le entorpeció el andar, después la alfombra la ayudó a desplazarse más silenciosa como si lo hiciera en el pasto. Cuando lo tuvo a mano lo tomó por la cintura.El no se inquietó, dejó que ella hiciera lo suyo. Entonces comenzó a desvestirlo, lentamente, disfrutando ese momento. No le importaba que el vidrio diera a la calle, que incluso alguno pudiera ver lo que hacía y asombrarse, reprocharle la actitud. No le importó, siguió con él.
Le levantó las manos y quedó como si lo estuviera asaltando, eso le causó risa, después le sacó el pullover y no lo despeinó. Dobló el abrigo con una técnica inigualable, en segundos. Siguió con la camisa a la que le desabrochó los botones con dificultad porque era zurda y como jugando la revoleó a un costado.
Sin alejarse demasiado, el ambiente era reducido, miró sus abdominales marcados y sus músculos inalterables con el paso de los años. –Hoy te como, siempre me gustaste-le dijo
Después ya atrevida , se arrodilló, rogando que nadie la viera desde afuera, no había cortinas, pero ya estaba jugada, era en ese momento o nunca .Entonces le sacó el cinturón y bajó con dificultad el pantalón, lo movió un poco para ayudarse con los zapatos-Ahora te venís conmigo divino-
Cuando lo tuvo desnudo, alguien le gritó desde el fondo ¡Liliana, cuando termine con eso, seguimos con el inventario eh!
Daniel Urriza
2 comentarios:
Daniel, me gustó el final inesperado y revelador.
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